(seminoma, no seminoma o en estadios
avanzados) y se basa en evaluar cuatro
parámetros la exploración física, los
marcadores tumorales, la radiografía de
tórax y la tomografía axial computarizada
abdomino-pélvica, los cuales en función
del año de seguimiento se solicitan cada
vez más espaciados. En los estadios
avanzados se puede solicitar tomografía
de tórax o cerebral en casos
particulares
26
.
Por otro lado, los tumores
paratesticulares son un grupo
heterogéneo de tumores infrecuentes.
Aproximadamente el 70% de los tumores
paratesticulares son benignos, dentro de
los cuales son más frecuentes los
lipomas, el leiomioma, el quiste dermoide
y los tumores adenomatoideos
36, 37
. No
obstante, los tumores malignos
representan el otro 30% y son comunes
el rabdomiosarcoma y el leiomiosarcoma,
en algunos casos se ha descrito el
mesotelioma maligno y el
adenocarcinoma de la rete testis y el
epidídimo
36
.
En los pacientes pediátricos, el
rabdomiosarcoma es el tumor
paratesticular maligno más frecuente. Su
edad de distribución es bimodal, con un
pico a los 3-4 meses y otro a los 16 años
38
.
Se desarrolla a partir de los tejidos
mesenquimales del cordón espermático,
el epidídimo y la túnica testicular
39
. La
presentación clínica es una gran masa
indolora y metastásica hasta en el 40% en
el momento de su presentación. En la
ecografía se observa como una gran masa
heterogénea sin otros hallazgos
diferenciadores. Puede infiltrar
localmente los tejidos adyacentes y
metastatizar por vía hematógena y
linfática, en el 70% de los pacientes
metastatiza a nivel regional y el 25% a
nivel pulmonar y óseo
2
. El tratamiento de
elección en este tipo de tumores es en
función de la edad y el tamaño del tumor
primario, no obstante, se suele realizar
una orquiectomía radical con
linfadenectomía retroperitoneal radical.
En aquellos pacientes donde haya
evidencia de afectación linfática después
de la linfadenectomía, se administra
también radioterapia y quimioterapia con
vincristina, actinomicina D y
ciclofosfamida
2
.
La supervivencia es mayor en
prepuberales que en adolescentes,
siendo del 90% a los 3 años en niños con
3-4 meses y sólo del 63%
respectivamente. Se deben considerar
indicadores de mal pronóstico en este
tipo de tumores, la edad mayor a 7 años,
el tipo histológico alveolar, la
diseminación retroperitoneal no
resecable o las metástasis a distancia
2
.
5. Conclusiones
Los tumores testiculares y
paratesticulares son entidades no tan
frecuentes en los pacientes peditricos,
no obstante, el conocimiento de estos es
de gran importancia para un diagnstico
y tratamiento adecuado, considerando
las características clínicas,
imagenolgicas e histolgicas de cada
masa tumoral.
Es de gran relevancia determinar el
manejo inicial y seguimiento que se le
debe de otorgar a los pacientes con
masas testiculares y paratesticulares en
estudio, con la finalidad de poder
establecer un diagnóstico temprano y
ofrecer un abordaje terapéutico
individualizado, teniendo en cuenta las
manifestaciones clínicas, edad, hallazgos
ultrasonográficos, marcadores
tumorales, entre otras variables.
Asimismo, el individualizar el